Durante el verano del pasado año, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció la iniciativa Moncloa Abierta. Gracias a ella, los ciudadanos podrían visitar las instalaciones en las que han vivido todos los presidentes de la democracia. El comunicado difundido por el Gobierno subrayaba que «La Moncloa no puede ser un espacio cerrado ajeno a los ciudadanos, es patrimonio de todos los españoles y como tal ha de abrirse a ellos«. A mí, como politóloga friki que soy, me hicieron los ojos chiribitas. Iba a viajar en octubre a Madrid y visitar La Moncloa me parecía un planazo.
Requisitos para acceder a la visita en Moncloa Abierta
En aquel comunicado no se hablaba de requisitos para el acceso a la visita. Tomando como referencia las visitas guiadas a otras instituciones públicas como el Congreso de los Diputados y el Senado, supuse que no habría problema en acudir a La Moncloa con mi bebé. Sin embargo, me llevé una sorpresa al acceder al formulario de inscripción y comprobar que se establecía como requisito para participar ser mayor de edad y ciudadano español o residente en España.
Usé entonces el formulario de contacto para interesarme por las razones que habían motivado esta restricción de edad. Más de dos meses después, cuando ya me había resignado a no obtener respuesta, el Departamento de Comunicación con los Ciudadanos (Gabinete de la Presidencia del Gobierno) me contestó lo siguiente:
Le informamos que hemos dado traslado de su solicitud al departamento competente para su oportuna valoración, habiendo obtenido respuesta del mismo, le comunicamos que no es posible la entrada a menores de edad en la visita de Moncloa Abierta.
Eh… ¿gracias? Que el requisito establecido impide la entrada de menores de edad ya lo había deducido yo sola. ¿Dar traslado a la solicitud al departamento competente para su oportuna valoración? Espero que esa frase sea una muletilla que persiga que el ciudadano se sienta atendido. Seria preocupante que se hubieran gastado recursos para dar una respuesta tan pobre y absurda. Me planteé insistir, pero me pareció que sería perder el tiempo. Esperar otros dos meses una contestación de ese tipo no merecía esfuerzo alguno.
Visita al Congreso de los Diputados
La experiencia fue muy distinta en el Congreso de los Diputados. Intenté reservar plaza para la visita a través del formulario de su página web, pero un error informático me lo impidió. Les escribí comunicando el problema. La respuesta de la Unidad de Guías del Congreso de los Diputados llegó a las nueve de la mañana del siguiente día laborable. Y con ella la solución. ¡Mi familia al completo podría visitar el complejo!
El día señalado a nadie le extrañó que cuatro bebés participaran en la visita guiada. Todos pasaron los controles de seguridad pertinentes. Solo se escucharon algunos amagos de llanto que los padres sofocaron rápidamente y que no alteraron en absoluto el desarrollo de la actividad. Me imagino que en las visitas al Senado ocurrirá lo mismo, aunque no puedo asegurarlo porque no llegué a tiempo de reservar plaza para una visita.
¿Por qué no son los niños bienvenidos en La Moncloa?
No pretendo iniciar en este post un debate sobre si es adecuada la presencia de los niños en las visitas guiadas a las instituciones públicas. Habrá tantas opiniones como personas y más de una postura válida. La mía es favorable a que todas las personas, sin restricción de edad, tengan la oportunidad de acceder a lugares de interés público siempre que su presencia no esté contraindicada.
Lo que no entiendo son las razones que han llevado a los responsables de la iniciativa Moncloa Abierta a establecer unos requisitos distintos a los de otros espacios de características similares. Quizás haya una razón de peso que me estoy perdiendo. Puede que realmente las visitas guiadas en este recinto no sean adecuadas para menores de edad. O puede que el equipo de nuestro Presidente opine que La Moncloa «es patrimonio de todos los españoles», pero de los que no tienen derecho a voto un poquito menos.
Me quedaré con la duda salvo que algún día viaje a Madrid sola y tenga la oportunidad de comprobarlo.
Publicado originalmente el 25 de enero de 2019 en la web Madres sueltas