Aunque las fiestas ya han quedado atrás, no quiero dejar de hablaros de los regalos de Navidad que recibió mi hija. Hace unas semanas creía que este año os contaría las razones por las que había decidido que Papa Noel no pasara por casa. Daniela no es aún del todo consciente de lo que ocurre a su alrededor durante estas fechas. Y los regalos de Navidad del año pasado están como recién salidos de sus cajas gracias a que ella cuida mucho de sus juguetes. Por eso me parecía innecesario comprar más cachivaches. Pero también sentía pena por no vivir la experiencia completa en las segundas navidades de mi hija…
Reconozco que finalmente sucumbí al consumismo navideño. Tras años sin decorar nuestra casa, compré un árbol que colocamos en nuestro patio. Escribí, en nombre de Daniela, una carta a Papá Noel y le expliqué que en algún momento pasaría a recogerla. ¡Casi una semana se pasó llamando a Santa Claus! La mañana del 25 de diciembre los regalos de Navidad por fin aparecieron bajo el árbol.
Carrito de muñecas
Mi madre quiso regalarle a Daniela un carrito de muñecas y se decidió finalmente por el que veis en la foto. Elegir entre tantos modelos no fue sencillo. ¡Hay tanta variedad como en los cochecitos de verdad! Teníamos claro que queríamos que el carrito tuviera capazo y que el precio no fuera desorbitado. Ya habíamos abandonado la intención inicial de no comprar regalos de Navidad, pero no ibamos a gastar sin control. Este carrito cumplía con esos requisitos.
Es un carrito de muñecas 3 en 1. El capazo es extraible (pudiendo usarse como cuna) permitiendo la transformación en sillita. Su precio era de 39,95€ en el momento de la compra. Pero lo que nos hizo decidirnos por él fue principalmente su altura. Había otros modelos de apariencia más robusta, pero tenían una altura elevada para un bebé de menos de dos años. Lo importante en un juguete es que se pueda disfrutar, por lo que no ibamos a comprar un carrito que Daniela no pudiera manejar bien por muy bonito que fuera.
Bebé llorón
Si la abuela había comprado un carrito, ¿cómo no iba yo a regalarle a Daniela una muñeca que pudiera pasear? Bueno, en realidad me pasé días diciendo que podría pasear a cualquiera de los peluches que ya tenía. Pero los bebés llorones son tan bonitos con sus ojos grandes… Hubiera comprado todos los modelos, pero tenía que decidirme y acabé eligiendo a la tigresa Nala.
Lo característico de este muñeco es que llora lágrimas ‘de verdad’ cuando le quitas el chupete gracias a un pequeño depósito de agua situado en la cabeza. Para calmarla habrá que volver a colocarselo o cada vez llorará más fuerte. Practicamente todo el peso de la muñeca (y es considerable) se concentra en la cabeza. Eso hizo que Daniela tuviera algunas dificultades en agarrarla las primeras veces, pero se acostumbró rápido.
Libros de cartón
Hace unos meses os conté que habíamos recibido un libro de este tipo y que Daniela estaba encantada con él. Estaba tan entusiasmada que mi madre y yo nos planteamos en momentos de desesperación esconderlo, quemarlo, tirarlo por la ventana… ¡Todo el día estábamos con el libro a cuestas! Necesitábamos descansar de él, así que le compramos algunos más.
Ábaco
Un par de semanas antes de Navidad, tuve que renovar mis gafas. En la óptica había un ábaco para que los niños se entretuvieran el rato que sus padres tubieran que pasar allí. A Daniela le encantó y acabó llorando cuando tuvimos que dejarlo. Entonces recordé que tenía uno de IKEA incluso envuelto. Lo había comprado hace años para regalar, pero acabé sustituyéndolo por algo que me gustó más. Así que el día de Navidad sólo hubo que dejarlo bajo el árbol.
No tuve que invertir en él, ni me pasé horas buscando el más adecuado o el más bonito… pues el regalo que más usa mi hija. Los niños tienen estas cosas…
febrero 6, 2019
Como molan los regalos que le habéis comprado a Daniela. Yo este año me he pasado un poco. Tengo claro que el año que viene no quiero pasar de 4 regalos, porque luego además es que ni los disfrutan!
febrero 10, 2019
No seré yo quien te juzque por haberte pasado. Después de lo que dije que haría y he acabado haciendo… jajaja
Pero es verdad que para ellos todo lo vemos poco y luego nos damos cuenta de que le hemos dado más importancia a los regalos que ellos.