Septiembre es, junto a enero, el mes de los comienzos por excelencia. No hay mejor momento para fijarse objetivos. Tenemos nueve meses por delante para trabajar en alcanzarlos antes de que la desgana veraniega nos atrape. Para muchos bebés el día hoy significa también el comienzo de una etapa importante, la de la guardería. Desde hace semanas, muchas mujeres me han preguntado si llevaría a mi hija a una este año. Me sorprende que, al decir que no, las madres que sí llevaran a sus hijos han comenzado a justificarse. ¿Por qué lo hacen? ¿Se sienten juzgadas?
¿Por qué no llevo a mi hija a la guardería?
Mi hija aún no ha pisado una guardería. He tenido la suerte de contar con la ayuda de mi madre, que se ha encargado de la pequeña mientras yo trabajaba. Si no hubiera tenido ese apoyo, habría delegado el cuidado de mi hija en un centro de ese tipo sin pensarlo dos veces. Así que la principal razón para no llevar a mi hija a una guardería es que no he necesitado hacerlo.
Daniela nació además en enero. No entrará en el colegio hasta los casi cuatro años. No me apetece matricularla en una guardería siendo tan pequeña cuando va a tener tiempo de sobra para vivir esa experiencia. Mi plan es que vaya a una a partir de septiembre de 2019. Solo asistirá un año. Ese tiempo es, a mi juicio, suficiente para disfrutar de todas las ventajas de estos centros sin el inconveniente de exponerla a virus siendo demasiado vulnerable.
Las guarderías tienen ventajas e inconvenientes
La decisión de llevar a un hijo a la guardería tiene ventajas e inconvenientes. La guardería es el mejor lugar para que los bebés se relacionen entre si. Allí juegan y se divierten en un entorno seguro (o todo lo seguro que puede ser un recinto lleno de niños). Entre los aspectos negativos, destaca el número de veces que enferma un niño que acude a guardería respecto a uno que no.
Muchos padres ni siquiera pueden pararse a valorar estas cuestiones. Matricular a sus hijos en una guardería es la única opción cuando tienen que reincorporarse al trabajo. Para otros, en cambio, utilizar los servicios de estos centros es una elección. Ellos han aceptado los contras porque los pros pesan más en su balanza. Estos últimos son los que acaparan las críticas de aquellos que opinan que nadie debería llevar a su hijo a la guardería salvo que sea estrictamente necesario.
Me imagino que esas opiniones son las que provocan las justificaciones de las que hablaba en el primer párrafo. Demasiadas madres se sienten obligadas a explicar una decisión que solo incumbe a ellas, a sus parejas y a sus hijos. Se sienten juzgadas por no poder o querer dedicarse completamente a su faceta como madres. ¿Pero es eso algo que merezca reprobación?
Llevar a un hijo a la guardería no es mandarlo a la guerra
Muchos profesionales defienden que, siempre que sea posible, lo mejor es que un bebé pase los primeros años de su vida en casa rodeado de su familia. No tengo los conocimientos necesarios para rebatir esa información. Si ellos lo dicen, lo doy por bueno. Pero que la crianza en casa sea mejor, no significa que debamos demonizar las guarderías. Todos sabemos, por ejemplo, que la lactancia materna es lo mejor y no por ello se puede juzgar a la madre que opta por la lactancia artificial, ¿verdad?
Llevar a un hijo a la guardería no es mandarlo a la guerra. En estos centros los pequeños están bien cuidados y atendidos. Si una madre decide usarlos, aunque no lo necesite, no está perjudicando gravemente a su hijo. Nadie debe cuestionar su decisión, y mucho menos insinuar que es peor madre que otra. Esa idea de que la mujer debe aparcar toda su vida para dedicarse en cuerpo y alma a la crianza de los niños está ya muy desfasada.
Esas madres que han sentido la necesidad de darme explicaciones sin haberlas pedido pueden estar tranquilas. No seré yo quien mire con lupa su comportamiento para criticarlas. Da igual si han recurrido a las guarderías porque estén estudiando o buscando trabajo, porque su bebé sea de alta demanda y necesiten descansar o simplemente porque les apetece disfrutar de unas horas sin hijos.
¿Soy la única que ha vivido este tipo de situaciones? Las que lleváis a vuestros hijos a la guardería, ¿os habéis sentido juzgadas alguna vez? Me encantaría leer vuestras experiencias.
noviembre 6, 2020
Hola,
a mi me ocurre exactamente al contrario. Me cansa tener que dar explicaciones y justificar por qué no llevo a mi hijo a la guardería o a la escuela infantil cada vez que alguien me pregunta esperando, de antemano, una respuesta afirmativa. Y no contentos con eso, además tengo que rebatir, la mayoría de las veces, sus argumentos de porqué estaría mejor en la escuela que en casa.
Este año PODRÍA haber entrado en infantil de 3 años ( me parece que nuestros peques nacieron el mismo día ) pero no lo ha hecho, no tenemos prisa. Y eso supone un esfuerzo económico y personal, pues he renunciado a trabajar para cuidarle en esta primera etapa. Y digo esfuerzo, porque supone renunciar a muchas comodidades y a desarrollarme como persona individual durante años, pasando a ser madre 24/7… pero que sin duda es 100% gratificante.
Igualmente pienso que es totalmente respetable, y no debería cuestionarse, la decisión de llevar a nuestros peques a la escuela infantil, ya sea por gusto o necesidad.